Problemática por árboles sin podar en Barrancabermeja sigue afectando a los habitantes del barrio Buenavista, quienes enfrentan daños en sus viviendas y riesgos constantes debido a la falta de mantenimiento. A pesar de las múltiples solicitudes enviadas a las autoridades, como la Electrificadora de Santander y la Secretaría de Infraestructura, aún no se toman acciones concretas para solucionar el problema. La comunidad exige una pronta intervención para evitar una tragedia mayor.
Problemática por árboles sin podar en Barrancabermeja preocupa a los vecinos
En el barrio Buenavista, ubicado en la comuna 4 de Barrancabermeja, los habitantes enfrentan una problemática que afecta tanto su seguridad como su tranquilidad diaria. Los árboles sin podar alrededor de las viviendas representan un peligro constante, especialmente para la familia de Gustavo Gutiérrez Quintero, cuya vivienda ha sufrido daños significativos debido a la caída de una rama de un árbol que lleva más de 40 años en la zona. Esta situación ha generado preocupación entre los vecinos, quienes temen una tragedia mayor.
La situación en el barrio Buenavista
El caso de Gustavo Gutiérrez no es aislado, sino un ejemplo de los riesgos que enfrentan los habitantes de Buenavista. Según relata Gustavo, el problema lleva meses sin solución, a pesar de las constantes solicitudes realizadas a las autoridades competentes para la poda de estos árboles.
El incidente más reciente ocurrió tras un fuerte ventarrón, cuando una parte del árbol cayó sobre su vivienda, dañando no solo la estructura, sino también las líneas de alta tensión cercanas. “Nosotros estábamos tranquilos, y de repente, a las 7 de la noche, un pequeño ventarrón tumbó parte del árbol. Solo los cables de alta tensión evitaron que la situación fuera peor”, explica Gustavo. Este tipo de situaciones subraya la gravedad del peligro por árboles sin podar en Barrancabermeja.
Árboles en condiciones peligrosas
En la zona cercana a la calle 43 con carrera 59, al menos tres árboles presentan condiciones similares de riesgo. Con ramas que sobresalen sin control y troncos que muestran signos de debilidad, estas estructuras naturales amenazan tanto a las viviendas como a la infraestructura eléctrica del sector.
Además, los fuertes vientos y lluvias características de la región aumentan la probabilidad de que ocurra otro incidente grave. Los vecinos coinciden en que cada tormenta los deja en estado de alerta, temiendo por su seguridad y la de sus bienes.
Solicitudes sin respuesta de las autoridades
La comunidad ha tomado medidas para buscar una solución, enviando múltiples oficios a la Electrificadora de Santander y a la Secretaría de Infraestructura, pero hasta la fecha no han recibido una respuesta efectiva. “Infraestructura ha venido a observar los árboles, pero no toman acción ni informan cuál será su política para resolver este problema”, comenta Gustavo, visiblemente frustrado.
Esta falta de acción refuerza la sensación de abandono por parte de las instituciones, que parecen no considerar el peligro inminente que representan los árboles sin podar en Barrancabermeja. La comunidad siente que sus peticiones han caído en saco roto, lo que incrementa la incertidumbre y el malestar entre los vecinos.
Los riesgos para la comunidad
La presencia de árboles sin mantenimiento no solo afecta la tranquilidad de los habitantes, sino que también pone en peligro su vida y sus bienes. Los vecinos del barrio Buenavista están especialmente preocupados por las consecuencias que podrían surgir si los árboles no son atendidos a tiempo.
Afectaciones a viviendas y red eléctrica
El caso de Gustavo es un ejemplo claro del daño que puede ocasionar la caída de ramas o árboles completos. Su vivienda sufrió daños estructurales, y las líneas de alta tensión que pasan por la zona también estuvieron a punto de ceder.
El impacto en la red eléctrica no solo pone en riesgo a quienes viven cerca, sino que también podría afectar a un número mayor de habitantes si se produjera un apagón masivo o un incidente más grave. Los vecinos destacan que estos árboles representan un doble peligro: para las personas y para la infraestructura de servicios básicos.
La vida de adultos mayores en peligro
En la vivienda de Gustavo residen dos adultos mayores que enfrentan dificultades adicionales debido a esta situación. Ellos, junto con otros vecinos, sufren constantemente estrés y ansiedad cada vez que se producen lluvias fuertes o vientos intensos. “Definitivamente, no podemos dormir tranquilos. Cada tormenta nos llena de temor por lo que pueda pasar”, señala uno de los familiares afectados.
El bienestar de los adultos mayores es una preocupación central para la comunidad, pues ellos son más vulnerables a las consecuencias de un posible desastre, tanto física como emocionalmente.
La urgente necesidad de una solución
El peligro por árboles sin podar en Barrancabermeja requiere atención inmediata por parte de las autoridades. La comunidad insiste en que no se puede esperar a que ocurra una tragedia mayor para que se tomen medidas.
Es necesario que las entidades responsables, como la Electrificadora de Santander y la Secretaría de Infraestructura, actúen con prontitud para garantizar la seguridad de los habitantes. Esto incluye la poda controlada de los árboles más peligrosos, así como el establecimiento de un plan de mantenimiento preventivo a largo plazo.
Mientras tanto, los vecinos continúan organizándose para alertar sobre los riesgos que enfrentan. Algunos han considerado incluso buscar asesoramiento legal para presionar a las instituciones a cumplir con su deber. Sin embargo, lo que más desean es una solución efectiva que elimine el peligro y les permita recuperar su tranquilidad.
En conclusión, la comunidad del barrio Buenavista vive bajo la amenaza constante de los árboles sin podar, una situación que ha escalado hasta convertirse en un problema de seguridad pública. Es crucial que las autoridades actúen de manera decidida y rápida para resolver este problema antes de que ocurra una tragedia irreparable.
La comunidad de Barrancabermeja merece vivir en condiciones seguras, libres del temor que generan los riesgos innecesarios. El tiempo apremia, y la acción es la única respuesta posible para proteger la vida y el bienestar de los habitantes.