Inseguridad en Barrancabermeja: un llamado urgente a las autoridades
La creciente inseguridad en Barrancabermeja ha vuelto a ser noticia tras un lamentable hecho ocurrido en la comuna 3, específicamente en el barrio San Judas, donde un menor de edad resultó herido luego de que una granada fuese arrojada al patio de su vivienda. Este ataque no solo generó temor e indignación entre los habitantes, sino que reactivó las exigencias por parte de la comunidad para que las autoridades tomen medidas contundentes.
El presidente de la Junta de Acción Comunal de San Judas, visiblemente afectado por lo ocurrido, hizo un llamado enérgico a las autoridades locales y nacionales para que refuercen las acciones en materia de seguridad. “Necesitamos que nos escuchen, que vengan al territorio, que sientan el miedo que vivimos día a día”, expresó el líder comunitario, destacando que los barrios vulnerables han sido dejados de lado en las estrategias
Un barrio marcado por el miedo y la violencia
Los habitantes del barrio San Judas han vivido con angustia los últimos episodios de violencia que, según denuncian, van en aumento y afectan especialmente a los más jóvenes. El reciente ataque con una granada ha encendido todas las alarmas, al tratarse de un acto que puso en peligro la vida de niños, niñas y familias inocentes.
El caso del menor herido por una granada
El menor, cuya identidad se mantiene en reserva por seguridad, se encontraba jugando en su casa cuando ocurrió la explosión. Según testigos, el artefacto fue lanzado desde el exterior hacia el patio trasero de la vivienda. A pesar de que el niño sobrevivió al ataque, sufrió heridas que requirieron atención médica urgente.
El hecho ha sido calificado como un acto cobarde que refleja la compleja situación de orden público en ciertas zonas de Barrancabermeja. Las autoridades han iniciado las investigaciones, pero hasta el momento no se han dado a conocer avances significativos ni responsables del ataque.
Reacciones de la comunidad y el impacto emocional
La comunidad expresó su solidaridad con la familia afectada y su rotundo rechazo a la violencia que, lamentablemente, se ha normalizado en varios sectores del distrito. “Lo que ocurrió con este niño no puede repetirse. Es inadmisible que nuestros hijos estén en peligro hasta en sus propios hogares”, afirmó una madre del sector durante una protesta pacífica.
El impacto psicológico también ha sido profundo. Vecinos aseguran que muchos niños han dejado de salir a jugar por miedo, y que el ambiente en el barrio está cargado de tensión y tristeza.
Líderes piden ser escuchados en consejos de seguridad
El líder comunal, además de rechazar enérgicamente el atentado, criticó la exclusión de los representantes de las Juntas de Acción Comunal en los consejos de seguridad organizados por el distrito. Según sus palabras, los líderes barriales son quienes mejor conocen las realidades y necesidades de sus comunidades, por lo que su participación en estos espacios es fundamental.
“Los consejos de seguridad se hacen entre altos mandos, pero no nos invitan a quienes estamos a diario en los barrios. No se puede diseñar una estrategia de seguridad sin contar con quienes viven el problema en carne propia”, enfatizó el presidente de la JAC.
Propuestas para mejorar la seguridad en los barrios
Entre las propuestas presentadas se encuentra la creación de mesas permanentes de diálogo con los líderes comunales, la instalación de cámaras de seguridad en puntos críticos, y el fortalecimiento de programas preventivos dirigidos a jóvenes en riesgo. También se ha solicitado una mayor inversión en iluminación pública y en espacios seguros para el ocio infantil y juvenil.
Mayor patrullaje y presencia policial: la exigencia ciudadana
Una de las demandas más insistentes de la comunidad es la necesidad de incrementar la presencia policial y los patrullajes en las zonas más afectadas por la violencia. La falta de agentes en las calles ha sido uno de los factores que, según los vecinos, ha facilitado la expansión de grupos armados y delincuencia común.
“Barrancabermeja no puede seguir siendo rehén de la inseguridad. Exigimos más vigilancia, más operativos y que las instituciones se comprometan de verdad con nuestra protección”, señaló otro de los líderes del sector durante una reunión de urgencia.
La inseguridad en Barrancabermeja no es un problema nuevo, pero los recientes acontecimientos han puesto en evidencia la urgencia de adoptar soluciones efectivas y duraderas. La violencia no puede ser parte del día a día, y menos cuando afecta a los más indefensos. Es tarea de todos —autoridades, comunidad y líderes— actuar para devolver la tranquilidad a los barrios.
Para muchas familias, la esperanza reside en que esta situación no quede impune, y que el caso del menor herido sirva como punto de partida para una transformación real en las políticas de seguridad del distrito. La exigencia es clara: la inseguridad en Barrancabermeja debe ser una prioridad.
🔷 Comunidad afectada por la violencia exige medidas inmediatas
El ataque con granada ocurrido en el barrio San Judas ha despertado la preocupación generalizada de los habitantes de Barrancabermeja, quienes denuncian un notable aumento de los actos delictivos en los últimos meses. La situación ha rebasado los límites de lo tolerable, ya que ahora ni siquiera los hogares representan un lugar seguro, especialmente para niños y niñas. El hecho de que un menor resultara herido en un acto tan violento e inesperado ha generado un fuerte impacto emocional y social en la comunidad, que vive entre la impotencia y el miedo. La inseguridad en Barrancabermeja ha tomado dimensiones alarmantes, afectando no solo la integridad física de los ciudadanos, sino también su estabilidad emocional y su confianza en las instituciones. Los vecinos aseguran que la presencia de grupos armados, la falta de patrullaje policial y la escasa reacción de las autoridades son factores que contribuyen a este ambiente de zozobra. Muchos padres ya no permiten que sus hijos jueguen en las calles, y cada vez son más quienes piensan en abandonar sus hogares por miedo a ser las próximas víctimas. La comunidad ha realizado varias manifestaciones pacíficas, exigiendo atención prioritaria a su situación, pero denuncian que sus voces han sido ignoradas. El presidente de la Junta de Acción Comunal ha liderado estos llamados, pidiendo que se escuche a los líderes barriales que, a diario, enfrentan las consecuencias de esta crisis. La urgencia de fortalecer los planes de seguridad y de aumentar la presencia institucional es cada vez más evidente. Si no se actúa pronto, hechos como el ocurrido podrían repetirse, con consecuencias aún más devastadoras.
🔷 Participación ciudadana y presencia institucional: claves para frenar la inseguridad
Uno de los reclamos más reiterados por parte de los líderes comunales es la exclusión sistemática de los consejos de seguridad que se realizan en el distrito. Estos espacios, según denuncian, se desarrollan sin la participación de quienes realmente conocen las problemáticas de los barrios. “¿Cómo van a solucionar algo si no saben lo que está ocurriendo en el terreno?”, expresó con frustración el líder del barrio San Judas. Para combatir de forma eficaz la inseguridad en Barrancabermeja, es necesario construir un enfoque colaborativo entre las autoridades y la comunidad. La implementación de estrategias desconectadas de la realidad local no solo es ineficiente, sino que también genera desconfianza y desinterés por parte de los ciudadanos. Los líderes piden que se instauren mesas de trabajo conjuntas, que se escuche a los vecinos y que se atiendan las denuncias que ellos canalizan a diario. Además, insisten en la necesidad de reforzar el patrullaje, instalar cámaras de vigilancia, recuperar espacios públicos y desarrollar programas sociales que disuadan a los jóvenes de caer en redes delictivas. La solución, aseguran, no pasa únicamente por el uso de la fuerza, sino por una inversión social que transforme las condiciones estructurales que propician la violencia. Mientras tanto, la comunidad sigue organizándose como puede para protegerse, pero reconoce que es insuficiente sin el respaldo decidido del Estado. La inseguridad en Barrancabermeja no puede seguir siendo tratada como un problema aislado o de segundo plano. Se trata de una amenaza real que requiere voluntad política, compromiso institucional y, sobre todo, escuchar a quienes viven el conflicto en carne propia cada día.