Vecinos bloquean el paso de maquinaria ante la suspensión de obras
Una fuerte inconformidad ha surgido entre los habitantes del barrio El Campín, ubicado en la comuna 7 de la ciudad, debido a la suspensión de obras de pavimentación en El Campín que, según denuncian los vecinos, se adelantaban desde enero y que fueron abruptamente paralizadas. La comunidad, al enterarse del retiro inminente de la maquinaria, decidió bloquear el paso de vehículos y exigir una respuesta clara por parte de las autoridades competentes.
El malestar creció cuando, a través de vecinos y no por canales oficiales, los residentes supieron que los equipos serían retirados sin completar las obras prometidas. Ante esta situación, los ciudadanos tomaron la decisión de impedir la salida de los operarios y maquinaria, manifestando que no permitirán el abandono del proyecto hasta que se les garantice su terminación.
“No vamos a dejar que se lleven la maquinaria porque nos prometieron pavimentar todas las cuadras y ahora quieren irse sin cumplir”, expresó una vecina visiblemente afectada. Las calles aún presentan condiciones críticas que empeoran con cada lluvia, generando problemas de movilidad y seguridad.
Motivos detrás de la suspensión de la pavimentación en El Campín
De acuerdo con la información brindada por la Secretaría de Infraestructura, la suspensión de obras de pavimentación en El Campín se debe a la falta de interventoría, un requisito indispensable para continuar con cualquier proyecto de obra pública.
El contrato original contemplaba un periodo de ejecución de 10 meses tanto para la obra como para la interventoría. Sin embargo, el proyecto se ha extendido a casi 24 meses sin que se actualicen formalmente las condiciones administrativas. Esta situación ha impedido que el proceso continúe de manera legal y técnica.
Falta de interventoría y retrasos administrativos
Según declaraciones oficiales, ya se realizó una adición presupuestaria de 500 millones de pesos, pero ahora se necesita una nueva aprobación de recursos provenientes de regalías, en convenio con Ecopetrol y el distrito. Mientras esta gestión se completa, se ha ordenado detener las labores por aproximadamente un mes, con la esperanza de que el proyecto se pueda reactivar posteriormente.
“Les pedimos paciencia. Estamos haciendo lo posible para finalizar el proceso administrativo y así poder continuar con la obra”, afirmó un funcionario de la administración distrital en reunión con líderes comunales.
Consecuencias para la comunidad por la obra inconclusa
La suspensión de obras de pavimentación en El Campín no solo representa una molestia para los vecinos, sino una amenaza directa para su seguridad y bienestar. Según denuncias, el estado actual de las calles ha provocado que varias viviendas sufran inundaciones y daños estructurales, como consecuencia de los resumideros de agua mal ubicados y zanjas sin terminar.
Una residente relató que su casa se ha inundado tres veces desde el inicio de las obras: “Mi vivienda nunca se había inundado antes. Ahora, por el mal manejo de las aguas y el abandono de la obra, tenemos filtraciones constantes y ya se está viendo afectada la cimentación”.
Además, muchos registros y tuberías han quedado al descubierto, incrementando el riesgo de accidentes, especialmente entre niños y adultos mayores. La comunidad insiste en que dejar los trabajos a medias puede traer consecuencias fatales si no se actúa con prontitud, especialmente con la llegada de la temporada de lluvias.
¿Qué dice la administración distrital sobre el proyecto detenido?
Durante una reunión sostenida con representantes de la comunidad, la Secretaría de Infraestructura reiteró que el retraso no es por negligencia, sino por temas burocráticos. Se explicó que el proyecto requiere ser actualizado en el sistema de regalías, lo que ha generado demoras imprevistas.
Promesas sin cumplir y solicitudes de paciencia
Los vecinos, sin embargo, no aceptan estos argumentos. Aseguran que desde marzo se les prometió que las obras se retomarían, pero ya ha pasado más de un mes sin que se vean avances reales. Algunos incluso acusan a los contratistas de intentar llevarse la maquinaria sin autorización.
“La señora de infraestructura vino, nos prometió que desde el 21 de marzo volverían a intervenir. Hoy estamos a 21 de mayo y no ha pasado nada. No aceptamos más excusas”, sostuvo una líder comunitaria.
Frente a estos hechos, la comunidad ha optado por mantener bloqueado el paso de la maquinaria como medida de presión. La empresa de vigilancia tampoco ha autorizado la retirada de equipos, argumentando que eso solo puede ocurrir con consentimiento vecinal.
La suspensión de obras de pavimentación en El Campín ha desatado una ola de indignación vecinal que, de no ser atendida a tiempo, podría desencadenar mayores protestas. La ciudadanía exige que se cumplan los acuerdos pactados, que se garantice la continuidad del proyecto y que no se vuelvan a dejar obras inconclusas que afecten directamente su calidad de vida.
La voz de la comunidad: testimonios de frustración y resistencia
Los habitantes de El Campín no solo enfrentan calles sin pavimentar y riesgos de inundaciones. También sienten que han sido engañados. Varios líderes comunales aseguran que hubo reuniones previas con representantes de infraestructura en las que se firmaron actas y se tomó registro fotográfico del compromiso de pavimentar todas las calles afectadas. No obstante, ahora las autoridades aseguran que ciertas cuadras no estaban gestionadas formalmente, por lo cual no entrarían en la intervención.
“La comunidad se siente burlada. ¿Cómo es posible que nos prometan una obra, la inicien y luego digan que no está gestionada? Vinieron, midieron, tomaron fotos y ahora dicen que eso no vale”, manifestó indignado un representante barrial.
Estas contradicciones entre los funcionarios y lo que perciben los vecinos han generado desconfianza. La situación se ha tornado tan tensa que incluso hubo un fuerte intercambio verbal entre los residentes y el contratista encargado del proyecto. Los vecinos aseguran que no se trató solo de palabras fuertes, sino de un acto de resistencia comunitaria frente al abandono institucional.
Impacto en la calidad de vida: más allá de la incomodidad
Uno de los aspectos que más preocupa a los habitantes de El Campín es el deterioro de su calidad de vida. Las calles a medio construir se han convertido en focos de acumulación de agua y basura. Las lluvias han empezado a erosionar el terreno, dejando expuestos ductos de gas y registros de alcantarillado. La suspensión de obras de pavimentación en El Campín está causando una situación que va más allá de la incomodidad: representa un verdadero riesgo para la salud pública y la seguridad de los vecinos.
Las casas más cercanas a las zanjas abiertas se han visto especialmente afectadas. Varios residentes relatan cómo han tenido que hacer reparaciones temporales por su cuenta, utilizando bolsas de arena y tablas para evitar que el agua se filtre a sus viviendas. Sin embargo, estas medidas no son sostenibles, y cada nueva tormenta pone a prueba su resistencia.
El temor a enfermedades transmitidas por el agua estancada también ha ido en aumento. Vecinos con niños pequeños y personas mayores han reportado problemas respiratorios y cutáneos, generando más preocupación por el abandono de la obra.
El papel de las autoridades locales y el futuro del proyecto
La alcaldía ha reiterado su compromiso con la finalización del proyecto, pero su discurso no convence del todo. El hecho de que la suspensión de obras de pavimentación en El Campín se haya producido sin previo aviso a la comunidad ha dejado un sentimiento de abandono y desinformación.
Según la Secretaría de Infraestructura, se espera que en un mes se reanude la intervención, pero el cumplimiento de esta nueva promesa está en duda. Los vecinos, ya escépticos, han afirmado que no levantarán el bloqueo a la maquinaria hasta recibir una garantía formal y por escrito de que las obras continuarán y se completarán en su totalidad.
Algunos líderes han solicitado que se incluya a la comunidad en las próximas mesas de concertación y seguimiento del proyecto, para que exista transparencia y se eviten más malentendidos. “No queremos más reuniones vacías. Queremos ser parte activa del proceso y que nuestras voces se escuchen”, puntualizó una de las vecinas.
Un llamado a la acción: más allá de la protesta
La situación actual ha despertado en El Campín un sentido de organización comunitaria. Lo que comenzó como una protesta ante la paralización de una obra se ha transformado en un movimiento ciudadano que exige respeto, transparencia y cumplimiento. La suspensión de obras de pavimentación en El Campín ha dejado una huella en la comunidad, pero también ha servido como catalizador para unir fuerzas y exigir sus derechos.
La ciudadanía espera que las autoridades no solo reanuden las labores, sino que aprendan de esta experiencia y mejoren los procesos de planeación y comunicación con las comunidades. Mientras tanto, en El Campín, la lucha continúa.