El ruido como enemigo silencioso de la salud pública
La contaminación auditiva ha escalado posiciones hasta convertirse en uno de los principales problemas ambientales y sociales. No se trata solo de un tema de incomodidad: los niveles excesivos de ruido afectan directamente la salud mental y física de los habitantes. Trastornos del sueño, estrés crónico, ansiedad e incluso problemas cardiovasculares han sido vinculados al exceso de ruido urbano, un fenómeno que ha encontrado en las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja, modificadas una de sus principales fuentes.
El programa “Subámosle al respeto y bajémosle el volumen”, impulsado por la Secretaría de Ambiente y Transición Energética del Distrito, ha iniciado una serie de operativos para mitigar esta situación. Aunque inicialmente se centró en establecimientos comerciales y zonas residenciales, pronto se identificó una nueva y potente fuente de contaminación: las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja, cuyas modificaciones ilegales superan con creces los límites acústicos establecidos por la normativa colombiana.
Motocicletas ruidosas en Barrancabermeja: foco de las quejas ciudadanas
El secretario Leonardo Granado ha confirmado que las quejas por motocicletas ruidosas en Barrancabermeja representan uno de los reclamos más recurrentes por parte de la ciudadanía. “Estamos recibiendo correos constantes, es una problemática muy extendida”, afirmó. Las alteraciones técnicas realizadas por algunos propietarios incluyen la eliminación del silenciador o tabaco del exhosto, elementos clave para controlar el nivel de ruido del motor.
Este tipo de modificaciones no solo incumple con la homologación establecida por el Ministerio de Transporte, sino que además convierte a las motocicletas en focos móviles de contaminación acústica. Algunos vehículos llegan a superar los 100 decibeles, un nivel de ruido comparable al de un martillo neumático o una discoteca a pleno volumen. La alteración de estos elementos por “gusto” o “moda” genera no solo un fastidio generalizado, sino también una clara violación del derecho al descanso de los ciudadanos.
Operativos y sanciones contra las modificaciones ilegales
La Alcaldía de Barrancabermeja, en conjunto con la Secretaría de Ambiente y el Departamento de Tránsito, ha puesto en marcha operativos para controlar y sancionar a los infractores. Las intervenciones incluyen la medición de ruido con sonómetros de alta precisión, capaces de determinar con exactitud si una motocicleta ha sido modificada de forma ilegal.
¿Qué dice la normativa colombiana?
En Colombia, todos los vehículos deben cumplir con una homologación técnica y ambiental avalada por el fabricante y el Ministerio de Transporte. La norma técnica NTC 5375 regula, entre otros aspectos, los límites permitidos de ruido. Si un vehículo presenta modificaciones que alteren estos parámetros, incluso si cuenta con una revisión tecnicomecánica vigente, puede ser sancionado.
Las consecuencias no son menores. La infracción por modificación técnica del exhosto puede acarrear una multa equivalente a un salario mínimo legal vigente (más de 630.000 pesos colombianos), la inmovilización del vehículo y la exigencia de retornar el sistema de escape a su estado original mediante un mecánico autorizado y supervisión de un perito de tránsito.
Tecnología y personal al servicio del control acústico
Para reforzar los operativos, la administración ha invertido en sonómetros calibrados con tecnología alemana. Actualmente, el distrito cuenta con tres dispositivos en funcionamiento y uno más en proceso de calibración, lo que permitirá realizar controles simultáneos en distintas zonas. Esta capacidad técnica es complementada con la incorporación de 55 promotores ambientales, cuya misión es educar a la población sobre residuos, ahorro energético y, especialmente, la contaminación acústica.
Además, el distrito planea capacitar a nuevos funcionarios para asegurar que se puedan llevar a cabo operativos paralelos en distintas comunas. Según Granado, esta estrategia responde a un “mapa de ruido” elaborado recientemente que identifica las zonas con mayores niveles de contaminación sonora.
Una apuesta por la sostenibilidad y el respeto comunitario
El objetivo final del programa no es solamente reducir los decibelios en las calles. La administración distrital busca posicionar a Barrancabermeja como un referente nacional en sostenibilidad y control ambiental. En este sentido, la campaña no se limita al castigo, sino que también enfatiza en la concienciación ciudadana.
Las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja no solo representan una molestia para los vecinos, sino que simbolizan un obstáculo para la convivencia pacífica. Las autoridades insisten en que modificar los vehículos no solo es ilegal, sino que daña la calidad de vida de todos. El llamado es claro: abstenerse de realizar cambios no autorizados y contribuir activamente al respeto del entorno.
A través de una labor conjunta entre ciudadanía, instituciones y tecnología, Barrancabermeja avanza hacia una ciudad más tranquila y respetuosa con el bienestar común. La lucha contra el ruido es también una lucha por el derecho al descanso, por la salud mental y por una mejor calidad de vida. Y en esa batalla, cada motocicleta sin modificar y cada vecino consciente hacen la diferencia.
Educación y cultura ciudadana: pilares para erradicar el ruido excesivo
La lucha contra las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja no puede ganarse únicamente con sanciones y dispositivos de medición. Es indispensable trabajar en la formación de una cultura ciudadana que entienda el impacto del ruido excesivo en la salud pública. Por ello, desde la Secretaría de Medio Ambiente se han intensificado campañas pedagógicas en colegios, barrios y comunidades para explicar los efectos nocivos de la contaminación auditiva. Estas acciones buscan generar empatía y conciencia sobre el derecho colectivo al descanso y al entorno saludable.
Además, los promotores ambientales jugarán un papel clave no solo en la vigilancia, sino también en la educación ciudadana. Su labor consiste en identificar zonas críticas y establecer diálogo con los actores involucrados, especialmente jóvenes motociclistas, quienes en muchos casos realizan modificaciones por desconocimiento de la normativa o por seguir tendencias sociales. La idea es que estas iniciativas promuevan un cambio de comportamiento desde el conocimiento y no solo desde el temor a la sanción.
De igual forma, se está diseñando una estrategia de comunicación digital y comunitaria con mensajes claros y dirigidos a sensibilizar a los ciudadanos sobre cómo las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja afectan el bienestar de todos. Esta campaña incluirá videos, cuñas radiales y charlas presenciales, especialmente en zonas donde se ha detectado mayor incidencia. En este sentido, el gobierno local busca que la ciudadanía no solo obedezca las normas, sino que comprenda su razón de ser, y que se involucre activamente en la construcción de una ciudad más tranquila.
El impacto económico y ambiental del ruido provocado por motocicletas
Más allá de los efectos en la salud, las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja también generan impactos económicos y ambientales significativos. Por un lado, el ruido excesivo puede desincentivar la actividad turística y comercial en sectores clave de la ciudad, afectando a pequeños empresarios, restaurantes, cafés y espacios recreativos donde el ambiente tranquilo es un valor añadido. La presencia constante de motocicletas alteradas en zonas residenciales o comerciales ahuyenta a visitantes, clientes y posibles inversionistas, lo que repercute directamente en la economía local.
Desde el punto de vista ambiental, las modificaciones en el sistema de escape muchas veces van acompañadas de alteraciones en el consumo de combustible y la emisión de gases. Un exhosto no homologado no solo incrementa el ruido, sino también la contaminación atmosférica, pues puede alterar los filtros que regulan las partículas y emisiones nocivas. De este modo, el impacto no se limita al oído humano, sino que afecta también a la calidad del aire y al entorno en general.
Las autoridades han indicado que este tipo de alteraciones también deterioran la infraestructura vial, ya que el uso constante de motocicletas de alto ruido suele estar relacionado con maniobras agresivas y velocidades inadecuadas, lo que a largo plazo genera mayor desgaste del pavimento. Por esta razón, el enfoque de las políticas públicas se orienta hacia una solución integral que contemple todos estos factores. Las motocicletas ruidosas en Barrancabermeja representan un reto complejo que necesita abordarse desde una mirada multidisciplinaria: técnica, social, económica y ambiental. Solo así se podrá consolidar un modelo urbano más saludable y funcional.