Autoridades intensifican control de ruido en la Floresta Baja tras denuncias de la comunidad
En respuesta a reiteradas quejas de la comunidad, las autoridades distritales de Barrancabermeja realizaron un operativo conjunto en el sector de Floresta Baja durante la noche del sábado. El objetivo: hacer cumplir las normativas ambientales relacionadas con el ruido en zonas residenciales. Como resultado, tres bares sancionados por exceder los límites permitidos, registrando niveles de hasta 93 decibeles, cuando el máximo legal durante la noche es de 55.
El operativo fue liderado por la Secretaría de Medio Ambiente, en articulación con la Policía Nacional, la Secretaría de Gobierno, Espacio Público y la Inspección de Policía. Utilizando sonómetros, los funcionarios midieron el nivel de ruido en distintos establecimientos comerciales y constataron la alteración de la tranquilidad vecinal.
“Lamentablemente encontramos que se están alcanzando niveles altísimos de contaminación auditiva en un sector catalogado como residencial. Esta situación afecta directamente la salud y el derecho al descanso de los habitantes”, explicó un vocero de la administración local.
Decibeles por encima de la norma: una amenaza para la tranquilidad y la salud
Uno de los hallazgos más alarmantes del operativo fue el registro de 93 decibeles en varios puntos cercanos a los bares intervenidos. Según lo establece la normatividad ambiental vigente en Colombia, el nivel máximo de ruido permitido en zonas residenciales durante la noche es de 55 decibeles. La diferencia de 38 decibeles representa una infracción grave y un riesgo para la salud auditiva y mental de los residentes.
Vecinos del sector manifestaron su apoyo a la intervención y aseguraron que llevaban meses denunciando la problemática. “No podemos dormir. El ruido es insoportable. Estos bares funcionan hasta altas horas de la noche, generando molestias permanentes”, declaró una habitante del conjunto residencial aledaño.
El control de ruido en la Floresta Baja responde también al cumplimiento de un fallo de acción popular confirmado por el Tribunal Administrativo de Santander, que ordena a las autoridades distritales garantizar el orden, la salud pública y la calidad de vida en sectores residenciales afectados por el ruido.
¿Qué dice la normativa sobre niveles de ruido en zonas residenciales?
La Resolución 627 de 2006 del Ministerio de Ambiente establece los límites máximos de emisión de ruido en diferentes zonas del país. Para sectores residenciales, el límite nocturno es de 55 decibeles, mientras que en zonas comerciales o industriales puede aumentar a 70 o más.
Superar este umbral no solo implica sanciones administrativas sino también la posibilidad de clausura temporal del establecimiento, si se demuestra reincidencia o falta de medidas correctivas. En este caso, las autoridades anunciaron que seguirán monitoreando los lugares sancionados para verificar el cumplimiento de las normativas.
La campaña ‘Subámosle al respeto y bajémosle al volumen’ busca recuperar el orden ambiental
El operativo hace parte de una estrategia más amplia denominada “Subámosle al respeto y bajémosle al volumen”, liderada por la Secretaría de Medio Ambiente. Esta campaña no solo busca reducir la contaminación auditiva, sino también promover una cultura de convivencia y respeto por los espacios comunes.
“La comunidad tiene razón. No podemos permitir que se siga afectando la salud y el sueño de nuestros ciudadanos. Esta campaña no es solo un lema, es una política pública que busca proteger el derecho al descanso”, aseguró el secretario de Medio Ambiente durante el procedimiento.
Como parte de esta iniciativa, se están realizando jornadas de sensibilización, visitas técnicas a establecimientos comerciales y capacitaciones sobre el uso de limitadores de volumen y materiales insonorizantes. Además, se han instalado señalizaciones informativas en zonas críticas para alertar a los propietarios de negocios sobre las restricciones vigentes.
Sanciones por ruido en zona residencial: lo que establece la ley y cómo se aplicó
Durante la intervención, los tres bares fueron notificados formalmente y se les aplicaron comparendos por violación de las normas de emisión de ruido. Las sanciones contemplan desde multas económicas hasta la suspensión temporal de actividades en caso de reincidencia.
En el marco del control de ruido en la Floresta Baja, las autoridades hicieron un llamado a los empresarios del sector nocturno para que se adapten a la normatividad ambiental y respeten los derechos de los residentes. “Invitamos a todos los propietarios y administradores de establecimientos a que cumplan la normatividad vigente, no solo por su bienestar, sino por el de la comunidad que los rodea”, declaró un vocero de la Policía Nacional.
Participación ciudadana y acompañamiento de la Policía Nacional
Uno de los aspectos más destacados de este operativo fue la activa participación de la comunidad. Las denuncias y peticiones de los vecinos fueron determinantes para que la administración actuara. Según informes, las quejas habían sido constantes, pero en las últimas semanas se intensificaron debido al aumento del ruido nocturno.
La Policía Nacional acompañó el procedimiento, garantizando la seguridad de los funcionarios y apoyando en la verificación técnica del cumplimiento de las normas. “Estos controles son parte del compromiso institucional por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Seguiremos trabajando en conjunto con la Alcaldía para asegurar entornos más tranquilos”, afirmó un agente encargado del operativo.
El control de ruido en la Floresta Baja se convierte así en un ejemplo de cómo la acción ciudadana, sumada a la voluntad institucional, puede generar cambios positivos en la convivencia urbana. La administración distrital ha reiterado que continuará con estas intervenciones en otros sectores que también presentan quejas por contaminación auditiva.
Además, se anunció que en las próximas semanas se abrirán canales digitales para facilitar la recepción de denuncias ciudadanas sobre ruido excesivo y se fortalecerá el cuerpo técnico encargado de realizar las mediciones.
En conclusión, la intervención en Floresta Baja es un paso firme en la defensa del derecho al descanso y al ambiente sano. La sanción a los bares es una señal clara de que las autoridades están tomando en serio el cumplimiento de las normas ambientales, y que el control de ruido en la Floresta Baja es una prioridad para recuperar la tranquilidad de sus habitantes.