Impacto del deslizamiento en la movilidad y la economía regional
El corredor vial conocido como la ruta del cacao Bucaramanga Barrancabermeja continúa presentando afectaciones serias tras el deslizamiento ocurrido en octubre de 2023 en el sector Risboa, específicamente en el kilómetro 42. Aunque el paso vehicular se encuentra habilitado de forma parcial, las constantes interrupciones en la vía han generado importantes consecuencias para la movilidad de miles de ciudadanos, así como para la economía de la región.
Este deslizamiento provocó el colapso de parte de la bancada en uno de los puntos críticos de la carretera, afectando la circulación continua y segura. Transportadores de carga, empresas de transporte intermunicipal y conductores particulares se han visto obligados a enfrentar demoras prolongadas, incrementando los costos logísticos y generando pérdidas económicas para distintos sectores.
Las comunidades y comerciantes locales, que dependen del flujo constante entre Bucaramanga y Barrancabermeja, han elevado sus voces de preocupación por la falta de soluciones definitivas. Mientras tanto, la respuesta institucional ha sido considerada insuficiente por diversos sectores de la ciudadanía.
El llamado del gobernador Juvenal Díaz al Gobierno Nacional
Ante esta crítica situación, el gobernador de Santander, Juvenal Díaz Mateus, realizó un llamado urgente al Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el consorcio encargado de la obra, Ruta del Cacao. La solicitud busca que se adopten decisiones inmediatas y definitivas frente a la afectación que presenta este tramo estratégico de la vía.
“La ruta del cacao Bucaramanga Barrancabermeja es una obra vital para la conectividad, el empleo y la competitividad de nuestro departamento. No podemos permitir que un deslizamiento detenga una inversión de 2.6 billones de pesos”, declaró el mandatario departamental a través de su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter).
Reconocimiento del terreno por parte de la Gobernación
Díaz Mateus explicó que ya se ha hecho un reconocimiento sobre la vía, específicamente en el área que se conoce como la Unidad Funcional 8, donde se presentó el deslizamiento. En este punto, parte de la estructura colapsó, generando una falla que hasta el momento no ha sido solucionada de forma estructural.
La Gobernación de Santander reiteró su disposición para colaborar activamente en la búsqueda de una solución, pero insistió en que es el Gobierno Nacional, en coordinación con la concesión, quien debe asumir la responsabilidad técnica y financiera de las obras requeridas para garantizar la estabilidad del tramo.
Inversión millonaria en riesgo
La construcción de esta vía 4G representó una inversión de 2.6 billones de pesos, y según el gobernador, no se puede permitir que un solo punto crítico ponga en riesgo el aprovechamiento de todo ese recurso público. Por ello, propuso que se construya de forma inmediata un viaducto, cuyo valor se estima en 140 mil millones de pesos, sin esperar una resolución por parte del Tribunal de Arbitramento, que aún debe definir si la responsabilidad recae sobre el Estado o sobre la concesión.
“Necesitamos decisiones urgentes. La construcción del viaducto no da espera”, concluyó Díaz Mateus, subrayando la necesidad de proteger una inversión pública de gran magnitud.
La urgencia de construir el viaducto en la ruta del cacao
Uno de los principales reclamos de la administración departamental se enfoca en la necesidad de construir un viaducto que permita superar definitivamente el punto afectado. Según estudios técnicos preliminares, esta estructura podría garantizar la estabilidad de la vía, evitando nuevos deslizamientos y brindando una solución duradera al problema de conectividad.
Posibles alternativas mientras se define la responsabilidad
Aunque existe un proceso en curso para definir quién debe asumir la responsabilidad del daño —ya sea la concesión Ruta del Cacao o el Estado colombiano—, las autoridades locales consideran que no se puede esperar hasta que este procedimiento concluya, ya que los daños económicos y sociales continúan agravándose.
La propuesta concreta del gobernador es que, mientras el Tribunal de Arbitramento resuelve el litigio, se inicie la construcción del viaducto con recursos públicos y luego se recupere la inversión según lo que dictamine la justicia.
Una vía 4G clave para Santander
La ruta del cacao Bucaramanga Barrancabermeja forma parte de la red de autopistas de cuarta generación (4G), una iniciativa nacional que busca mejorar la infraestructura vial del país. Esta carretera conecta no solo a Bucaramanga con Barrancabermeja, sino también con el corregimiento de Hondón, mejorando la comunicación con el Magdalena Medio y facilitando el comercio y la movilidad regional.
El contrato de concesión de esta vía fue firmado en 2015 y tiene vigencia hasta el año 2040, lo que implica un compromiso a largo plazo para su mantenimiento, operación y mejoras. Sin embargo, eventos como el deslizamiento de octubre de 2023 han evidenciado fallas estructurales que requieren atención inmediata y decisiones contundentes.
Detalles del contrato de concesión y su vigencia
La ANI ha sido la entidad encargada de vigilar el cumplimiento del contrato por parte del consorcio Ruta del Cacao, el cual asumió la construcción, operación y mantenimiento de la vía. Las condiciones actuales obligan a revisar los compromisos contractuales, especialmente cuando se trata de la seguridad estructural de los tramos más complejos del recorrido.
Técnicamente, la Unidad Funcional 8 es una de las más complejas, no solo por su geografía, sino por su cercanía a zonas de alta humedad y propensas a deslizamientos. Por esa razón, los expertos coinciden en que un viaducto es la solución más viable y segura.
¿Qué viene para la ruta del cacao Bucaramanga Barrancabermeja?
La situación de la ruta del cacao Bucaramanga Barrancabermeja representa un desafío importante para las autoridades locales, nacionales y para el sector privado que opera bajo la figura de concesión. La presión social, las pérdidas económicas y los riesgos de seguridad vial obligan a tomar decisiones inmediatas.
Mientras tanto, la ciudadanía espera respuestas claras y acciones concretas. La conectividad entre Bucaramanga y Barrancabermeja no puede depender del clima o de procesos jurídicos prolongados. Lo que está en juego es la competitividad del departamento, la calidad de vida de los usuarios y la estabilidad de una inversión multimillonaria.
Los próximos pasos dependerán de la voluntad política, la capacidad técnica de las entidades involucradas y, sobre todo, del compromiso con los santandereanos. Porque una vía como esta, pensada para transformar el territorio, no puede fracasar por falta de decisiones oportunas.